La provincia andaluza se encuentra habitada desde tiempos inmemorables. Los vestigios de la población que habitaba y habita sus tierras deja en el tiempo una herencia incalculable e inmortal. Ejemplos de la antigüedad de esta provincia pueden ser desde los dólmenes de Antequera y la Cueva de Nerja hasta la Cueva de la Pileta o la del Tesoro. Con el paso de los fenicios, los griegos o los musulmanes, el territorio ha experimentado un continuo cambio a lo largo de los tiempos.
Con tantos años de historia, las leyendas que se ciernen sobre la sociedad y las propias construcciones que hoy en día siguen en gran medida en pie, se abren camino entre las generaciones. Estos relatos van dejando huella en aquellos que tienen la oportunidad de toparse con ellos. Avanzan transmitiendo un mensaje o moraleja que, con el tiempo, llegará a recopilarse junto a otras muchas que formarán parte de la cultura de la sociedad malagueña.
Peña de los Enamorados
El soldado cristiano de nombre Tello, yacía preso en Archidona. Una descendiente del dirigente de la ciudad malagueña, su propia hija Tazgona, liberó al soldado por razones motivadas por el amor. La desaprobación de su padre en la pareja era clara, con lo que una vez iniciada la huida se sometió a los enamorados a una persecución por parte del ejército de origen árabe. Los amantes avanzaban corriendo colina arriba hasta llegar al punto de no retorno, la cima y el consecuente precipicio al vacío. Ante la imposibilidad de dar marcha atrás detenidos por las tropas y los sentimientos que envolvían a la pareja, se arrojaron hacia abajo. Antepusieron la propia muerte al hecho de ser retenidos por el ejército, perpetuando así su amor en el tiempo.
A partir de esta leyenda, se conoce a esa cima como la Peña de los Enamorados. Se localiza entre las ciudades de Antequera y Archidona, pudiendo visualizarse desde la carretera A-45 y desde la línea de AVE Málaga-Granada. Es bastante llamativa en la zona ya que muchos son los que comparan la montaña con la cara de perfil de una persona, más popularmente conocido como ¨el indio¨.
El origen de la expresión ¨apaga y vámonos¨
Conocida como una de las frases más utilizadas por los españoles, se cree que esta expresión popular tuvo su origen en las cercanías de Almargen. Durante las batallas mantenidas por los ejércitos cristianos y musulmanes en territorio español, uno de los altos cargos militares de las tropas cristianas transmitió su deseo de atacar por sorpresa al ejército musulmán. Sus subordinados accedieron a ello, pero no sin antes tener la posibilidad de realizar una misa previa al ataque. Ante la prisa que corría el acontecimiento, los asistentes improvisaron como pudieron un altar en el que el sacerdote de la zona fue bendiciendo a todos y cada uno de los soldados que allí esperaban.
Este mismo sacerdote fue el que en teoría inició esta famosa expresión, al pedir al monaguillo asistente que recogiera todos los objetos utilizados, entre ellos las velas, aclamando ¨apaga y vámonos¨. De ahí hasta hoy en día, muchos españoles utilizan esa frase sin saber muy bien de donde proviene.
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Los dulces de María Manin
En la provincia malagueña destacan por su gran producción y calidad las almendras, las pasas…
Esta leyenda se centra en torno a esta tradición tan antigua de elaboración de dulces en el lugar. Localizada en la famosa calle Granada, se levantaba el establecimiento más popular del siglo XIX de confitería bajo la dirección de María Manin. Cabe destacar que este obrador se dedicó en una parte importante a la confección de dulces para la mismísima Casa Real, solicitando entre otras grandes cantidades de borrachuelos y roscos, los cuales se cocinaban a partir de las materias primas más selectas de la provincia.
Debido al gran revuelo y clientela que ocasionaba el local, María solo podía permitirse abrir al público durante 2 meses cada año. En este periodo, más que suficiente para dotar de beneficio sobrante a la dueña, los clientes formaban tal escándalo a sus puertas, que la presencia de la policía local para organizar a las personas de la zona era inevitable. Además, fue necesario establecer la cantidad máxima de dulces a adquirir por compra, siendo esta medio kilo por persona, debido a la cantidad de público que debía volver por donde había venido sin poder degustar los dulces de María.
Esta tradición siguió en el tiempo de la mano de dos mujeres, su hija María García y seguidamente de Doña Elisa Moreno.
El pinsapo que guía a los viajeros
El pinsapo es un tipo de árbol que puebla muchos de los rincones de las regiones españolas desde tiempos inmemorables. Para esta leyenda nos situamos concretamente entre las ciudades de Málaga y Cádiz, en los alrededores de Parauta. En estas extensiones encontramos grandes zonas pobladas por esta especie de abeto. Siguiendo con Parauta, cuenta la leyenda que una mujer que habitaba las montañas se ofrecía a ayudar a toda aquella persona que se aventure a atravesar esos bosques. Una vez falleció, la mujer fue enterrada en la zona en la que a tantas personas habían brindado su más humilde conocimiento.
Después de un tiempo, y en lo alto de su tumba, comenzó a florecer un pequeño pinsapo. La leyenda concluye relatando que una vez aquel pequeño abeto se transformó en un árbol grande y majestuoso, su labor giraba de nuevo en torno a la ayuda a los demás, haciendo de guía para aquellos desorientados que atravesaban el lugar. Se le puso el nombre de la Escalereta y popularmente se cree que yace en ese sitio desde hace más de 700 años.
La Charca de los Novios
Esta charca se sitúa en el río Guadalmedina, concretamente en Benahavís. Se trata de un cañón que se encuentra excavado en la roca gracias al caudal del río. La zona cuenta con varias pozas de diferentes tamaños además de la mencionada.
Cada verano muchos son los visitantes que recibe este río para disfrutar del alivio de la profundidad de sus sombras ante el calor, pero pocos son los que conocen la leyenda que se cierne bajo esas refrescantes aguas. La historia cuenta que, en una de las pozas, la más conocida como el Charco de los Novios, una joven que allí se encontraba se dedicaba a nadar de aquí para allá, relajándose en el agua. De repente, su presencia se perdió bajo el manto del agua de la poza. Su pareja, que allí también se encontraba, no dudó en acudir inmediatamente a su rescate, precipitándose hacia la misma suerte que la amante.
Aguas sanadoras en Carratraca
En las cercanías de Carratraca yacía una charca formada por lodo, en la que los animales domésticos acudían a refrescarse e hidratarse. Muchos de estos rebaños que se aproximaban al lugar portaban variedad de enfermedades y heridas, las cuales comenzaron a curarse una vez ingerían el líquido proporcionado por esta charca. Los pastores se percataron de lo ocurrido y se apresuraron a contárselo a una persona ermitaña que allí habitaba, cuyo estado era cercano a la muerte. Se desplazó hacia el lugar con las fuerzas que le quedaban introduciendo su mano en el lodo e ingiriendo el agua con la mayor de las esperanzas. Finalmente se curó al igual que los animales del rebaño lo habían hecho. Debido al milagro, el ermitaño tomó la decisión de pedir donativos por el lugar para levantar una ermita en honor a la Virgen de la Salud.
Las aguas de la zona fueron declaradas de uso público en el siglo XIX y hoy en día, sus termas y hoteles que cuentan con el apoyo de estas aguas sanadoras son un aliciente turístico destacado del pueblo.
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El fantasma de la Alcazaba
Durante la Guerra Civil española, concretamente en los años 30 del siglo XX, el interior de la Alcazaba de la capital sirvió de protección para infinidad de personas malagueñas. En el año 36, en la estación de verano y durante una de las trifulcas iniciadas en la ciudad, las mujeres que se encontraban protegidas en la Alcazaba aclamaron haber visualizado una silueta que vagaba por los corredores y habitaciones del interior de la construcción, siendo más notorio cuando caía el oscuro manto de la noche. Estas mujeres también dijeron en su momento que el fantasma se dedicaba entre otras cosas a arrojar piedras a aquellos que habitaban el lugar.
Muchos son los que conocen esta leyenda y se desplazan a la Alcazaba para intentar toparse con el ente que supuestamente atormentó a sus residentes años atrás. Se dice también que este fantasma se puede presenciar en más de un monumento malagueño.
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