Cádiz cuenta con muchos senderos con los que disfrutar de su patrimonio cultural y natural, zonas arqueológicas, fortalezas de origen medieval, calzadas romanas, dunas, marismas, pinares, flamencos y zarzas. La provincia es muy extensa y cuenta con una gran cantidad de caminos para conocer sus rincones. Cálzate las botas, colócate la gorra, no olvides tu botella de agua, y descubre con nosotros los lugares con más encanto de Cádiz.
Algarbes – Betijuelo
La ruta comienza en el Parque Natural del Estrecho, en este punto encontramos el yacimiento arqueológico de los Algarbes. En este conjunto podemos observar múltiples estructuras funerarias en cuevas y enterramientos megalíticos de galería cubierta. Aunque su acceso esté restringido, es una buena forma de acercarnos al patrimonio y a la naturaleza.
Trayecto: lineal
Longitud: 5.6 kilómetros
Tiempo: 2 – 4 horas
Dificultad: media
El complejo arqueológico es uno de los más importantes de la provincia de Cádiz, yacimiento de la Edad de Bronce excavado entre los años 1967 y 1972. En la primera etapa rodearemos el lugar de enterramiento, dirección oeste. Entre la vegetación, encontraremos arboles de tierras lejanas mezcladas con especies autóctonas como el lentisco, palmitos y coscojas. En nuestro recorrido encontraremos las Lomas de San Bartolomé, lugar escogido por los romanos para controlar la cercana ciudad de Baelo Claudia, y también por los escaladores desde finales de los años 60. El recorrido finaliza en el Arroyo de los Puercos que generalmente está seco. La vereda nos dirige a una valla de madera donde podremos admirar el paisaje. Desde aquí, descendemos para encontramos con una pista que nos dirige a la carretera donde concluye el sendero, aunque si el tiempo y la marea lo permite podemos regresar por la playa.
Cerro Águila
Doñana, el espacio lleno de riquezas, es descubierto en parte por este sendero. El inicio de la ruta es en el enclave observatorio de aves que caracteriza al Parque de Doñana. El itinerario ofrece un recorrido por el Monte Algaida. Entre pinos y matorrales, también campean especies animales.
Trayecto: circular
Longitud: 4.7 kilómetros
Tiempo: < 2 horas
Dificultad: baja
En el inicio, la laguna artificial conocida como “tollo”, se originó en los años 80 tras una extracción de áridos. Desde entonces se ha convertido el ideal refugio para muchas aves como malvasías, porrones o somormujos. Pasaremos por el Monte blanco, una de las zonas más secas de las arenas estabilizadas. La vereda continua por los grandes pinos piñoneros, plantaciones del principio del siglo XVIII. Son explotados con la recolección de las piñas para extraerles los piñones, un fruto seco muy cotizado. También las sabinas costeras forman parte del paisaje, una especie de gran valor ecológico que contribuye a la estabilización de las dunas. A 14 metros sobre el nivel del mar, llegamos al fin de esta ruta en la duna fósil. Desde este punto podemos observar el panorama del Parque Nacional.
Del acantilado
En dos sentidos diferentes, este recorrido que deambula por el borde del Acantilado de Barbate, presta imponentes panorámicas. El acantilado ha sido moldeado por el agua, que por su permeabilidad, han dado lugar a la formación de acuíferos conocidos como los caños. Los auténticos protagonistas del sendero es el mar y la accidentada costa barbateña.
Trayecto: lineal
Longitud: 6.2 kilómetros
Tiempo: 2 – 4 horas
Dificultad: baja
En el acceso de la playa de la Hierbabuena se sitúa el punto de inicio de este sendero que discurre por las dunas móviles en el primer tramo. Encontraremos vegetación típica del litoral atlántico andaluz como el barrón o la azucena de mar. La ruta oculta veneros de agua, retenida por materiales permeables que la dirigen a pozos como el que podremos observar en ruinas a unos 25 metros, y caños que dan nombre a algunos enclaves de la zona. Una de las paradas fundamentales es en la Torre del Tajo. Se trata de una torre almenara, construida en el siglo XVI, en el punto más alto de este acantilado. Esta torre formaba parte de un sistema defensivo ante la amenaza de las incursiones berberiscas.
Además del mirador de la torre, existe a unos 100 metros otro mirador donde podremos observar hacia el este la línea de costa con pueblos como Barbate o Zahara de los Atunes, faros y cabos como Punta Camarinal, y enfrente África. Interesante de este punto también, son las paredes del acantilado, ya que dibujan formas caprichosas de diferentes colores y texturas. Desde la torre, descendemos por el joven pinar de La Breña hasta el final del recorrido.
La calzada Dehesa Boyal
El Campo de Gibraltar, el Pueblo Nuevo de Castellar y la costa son algunas de las propuestas que ofrece el sendero, con vistas inmejorables desde el Parque Natural Los Alcornocales. Este sendero es una pequeña parte de un gran sendero internacional, el GR-7, que parte de Tarifa y llega hasta el Peloponeso griego.
Trayecto: lineal
Longitud: 5.2 kilómetros
Tiempo: 2 – 4 horas
Dificultad: media
El recorrido, forma parte de una antigua calzada romana empedrada que posiblemente fue trazada sobre una senda anterior. Este tramo de la calzada es uno de los mejores conservados de la zona, debido a su continuado uso en el tiempo. A 2 kilómetros del comienzo, encontramos un desvío que da acceso a la Fuente Vieja, donde podemos pasear hasta la construcción de la fuente durante 700 metros. Ofrece unas bonitas panorámicas del embalse del Guadarranque y su entorno. También son las tumbas las que se cruzan en nuestro camino. Son oquedades excavadas en la roca de época prerromana. La fácil modelación de la arenisca, ha favorecido este tipo de yacimientos en el parque natural. Se solían ubicar en lugares prominentes y ligeramente inclinados, permitiendo tener la cabeza más elevada que los pies, en señal de dominación del espacio.
Punta del boquerón
Por la playa del Castillo, en pleno Parque Natural de la Bahía de Cádiz, descubrimos la Punta del Boquerón. A través de una pasarela o por su huella marcada, encontramos esta ruta que nos permite conocer la simbiosis de dos ecosistemas, las dunas y las marismas. La Punta del Boquerón está declarado como Monumento Natural, además de que convive los bienes de interés cultural de la batería Urrutia y el Castillo de Sancti Petri.
Trayecto: lineal
Longitud: 2.6 kilómetros
Tiempo: < 2 horas
Dificultad: baja
El camino que forma parte del recorrido de esta ruta es una vía pecuaria, la Vereda de Chiclana de la Frontera, por donde hace décadas pasaban los ganados de la comarca. La Playa de Camposoto es donde se inicia la vereda, esta era zona de uso militar en exclusiva hasta los años 60, y entró a formar parte plena de la disposición ciudadana en la década de los 80. Veremos como la marisma se ha apropiado de las antiguas salinas abandonadas. Parada obligatoria es el pequeño mirador donde podremos observar a la izquierda el islote donde se ubica una fortaleza del siglo XVII, aprovechando una anterior del siglo XIII. Siguiendo con el camino, nos alejamos de la costa para adentrarnos en las dunas y así acceder al caño de Sancti Petri y final del sendero. En este, encontramos unas ruinas conocidas como la batería de Urrutia, cuya arquitectura se encuentra abandonada y envuelta en la maleza. La batería fue la encargada de la defensa de este importante punto estratégico, fue construida en el siglo XVIII para defender San Fernando desde el mar. Frente a nosotros, Sancti Petri, un antiguo poblado almadrabero, con su pequeño puerto. Desde el puerto puede verse el canal del Molino y el canal de los Carboneros. Y por todo el canal es muy fácil de observar animales como los flamencos o las garzas.
Por otro lado también puedes consultar nuestra página de las mejores visitas guiadas en Cádiz, dónde podrás encontrar algunos de los siguientes tours:
Y más…